La sombra es indispensable para disfrutar de una terraza y con ese postulado tan claro los propietarios vinieron directamente a Teodora para desarrollarlo. El reto no era sólo responder a las necesidades de los clientes sino lidiar también con la responsabilidad de verse rodeados de edificios de Sagnier y Coderch, y que el proyecto se sume al paisaje urbano con un maridaje visual a la altura de las circunstancias.
La superficie a intervenir en la terraza Vía Augusta abarcaba todo el terrado que rodea la torre de acceso a la cubierta plana con una gran zona delantera, pasillos perimetrales a ambos lados, y otra gran zona trasera pero ya ocupada con una preexistente caseta de madera muy práctica con ese espacio de almacenaje extra que solemos echar a faltar en las viviendas urbanas.
La zona delantera era el espacio más importante por tamaño y por accesibilidad desde la vivienda y allí se proyectaron una zona chill-out y un comedor. Protegidos del sol bajo una pérgola de listones de madera, y rodeados de vegetación de 2m de altura con diferentes texturas, cuya espesura cobija de sol y viento, a la vez que crea un lugar idílico en medio del campo.
El pavimento de madera técnica dibuja la sombra de la pérgola aumentando la calidez y la sensación de arropo. Las tonalidades de las diferentes maderas casan con los tonos irregulares de los ladrillos de barro existentes en la construcción del edificio.
Como contraste, el pavimento de madera se enmarca con otro pavimento porcelánico de color grisáceo no uniforme, antideslizante y resistente a las variaciones de temperatura. En el resto de la terraza se repite este juego de alternancia entre los dos pavimentos, rompiendo la continuidad óptica de tramas, colores y texturas.
Las jardineras hechas a medida con madera también es otro elemento que se va repitiendo por el perímetro de la terraza, fluctuando con vallas de madera tropical y creando rincones donde aprovechar el sol o esconderse de él, según el paso de las estaciones.
El mobiliario de madera aporta calidez al conjunto, así como la iluminación de la lámpara de ratán de suspensión, la lámpara de pie con pie de teca o las lámparas de suelo portátil.
Otras estancias por resaltar: la zona de solárium con ducha integrada, las zonas de paso bien iluminadas con apliques de faroles de inspiración victoriana clásica con estrechos marcos metálicos de color carbón; y también un saliente ortogonal con una maceta de gran tamaño que alberga un magnolio de más de tres metros de altura lleno de flores blancas que embriagan las noches con su aroma de jazmín.
La terraza Vía Augusta es un espacio para disfrutar en cualquier época del año y así nos lo contaban en Teodora encantados los propietarios durante la sesión de fotos mientras observábamos cómo la sombra del granado alcanzaba nuestros pies.