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Terraza Reina Victoria

En el ático Reina Victoria, la búsqueda de privacidad se logró con un sistema de lamas verticales de madera, complementado de jardineras y maceteros de gran tamaño. Este diseño proporciona intimidad a las terrazas sin sacrificar la luminosidad.

Los propietarios de la Terraza Reina Victoria buscaban convertir su ático en un refugio, sin comprometer la entrada de luz natural o su privacidad. Para cumplir con este objetivo, se implementó un sistema que combina funcionalidad y estética. Se colocaron lamas verticales de madera, posicionadas de manera estratégica, para bloquear las vistas desde el exterior, pero permitiendo que la luz fluya de manera natural, creando un ambiente luminoso y acogedor.

Además del sistema de lamas, la vegetación juega un papel fundamental en el diseño de la Terraza Reina Victoria. Se seleccionaron plantas resistentes y frondosas, que se distribuyeron en jardineras perimetrales y maceteros artesanales de gran tamaño, hechos de barro de diferentes colores. Este tipo de vegetación contribuye a la privacidad, y también añade un elemento natural y refrescante al espacio. Los árboles en maceteros, colocados en puntos clave de la terraza, actúan como barreras verdes que aportan sombra y frescura, al mismo tiempo que refuerzan la sensación de aislamiento y tranquilidad.

La elección de grandes maceteros no es casual; estos elementos permiten el crecimiento de especies vegetales más robustas que aportan tanto volumen como altura, creando un entorno verde que se disfruta desde cualquier punto de la terraza. 

A nivel de mobiliario, la zona salón  está compuesta de unos cómodos sofás, dos butacas con respaldo alto para aumentar el confort y unas mesitas esmaltadas que aportan una estética muy personal a la terraza. En el comedor destaca una gran mesa con sobre porcelánico y unas cómodas sillas trenzadas en cuerda náutica bajo una gran lámpara de techo que nos ayuda a crear un ambiente acogedor.

El proyecto de la terraza Reina Victoria se realizó en colaboración con The Room Studio. La combinación de lamas de madera y un diseño de paisajismo cuidadosamente planificado resultó en una solución que no solo asegura la privacidad, sino que también realza el valor estético y el confort del espacio exterior. Además, la selección de plantas y su disposición en maceteros de gran tamaño permiten que la terraza sea un lugar de retiro tranquilo y acogedor, sin sacrificar la iluminación ni el contacto con el entorno natural.