La acertada decisión de Teodora con la selección de materiales de colores claros ayuda a que la percepción de amplitud de la Terraza Pérez Cabrero sea mayor: madera tecnológica de color roble claro, guijarros de color beige, y baldosas porcelánicas de exterior de color gris con textura de cemento.
Los pavimentos están organizados por islas que se aproximan entre ellas para facilitar el tránsito, pero sin tocarse al estar enmarcadas por un mar de guijarros. El salto entre isla e isla otorga al usuario una percepción continua del espacio que le envuelve, obligándole a fijarse en cada paso según se decida deambular por tierra firme o por ese vaivén en la pisada que proporciona el suelo de guijarros.
Después de los pavimentos, la vegetación es otro elemento fundamental del proyecto. Teodora ha dispuesto una jardinería perimetral para aportar frescor por los cuatro lados de la terraza, y el hecho de que esté levantada unos centímetros del suelo, por donde una invisible fuente de luz led cálida tiñe los guijarros, confunde los límites visuales.
Se han seleccionado plantas que no necesitan mucha luz solar y con crecimiento rápido para que en poco tiempo desdibujen las paredes medianeras sobre las que reposan. Adicionalmente, se han localizado plantas en macetas de grandes dimensiones en tres puntos estratégicos de la terraza: dos gramíneas en macetas bajas sobre el pavimento cerámico, dos naranjos sobre los guijarros proporcionando privacidad delante de las ventanas, y una Monstera Deliciosa nos da la bienvenida y la despedida por el único punto de acceso.
El mobiliario sigue la estela de aportar ligereza al proyecto con los colores claros y la levedad estructural. Sobre una isla de madera se ha dispuesto una zona de lectura o relax con unas butacas lounge metálicas de color arena clara acompañadas de una mesita del mismo material y color. Pero si lo que se busca es compañía, se ha determinado una zona chill-out con mobiliario que invita a compartir buenos momentos: un sofá de dos plazas y una butaca con estructura de color beige y asientos de color gris piedra sobre los que se han dispuesto unos cojines decorativos de pequeño tamaño. Al atardecer, la escultural lámpara de pie extensible y rotacional, inspirada en los pueblos nómadas del norte de África, nos permite alargar la velada con una luz tamizada por una pantalla de dos capas de textilene de color beige que se mece con el viento, pero se mantiene firme.
Con la caída de la noche, los focos escondidos en las macetas y las jardineras junto con la iluminación de la parte inferior de las jardineras proporcionan a la Terraza Pérez Cabrero un paisaje mágico que se disfruta tanto a través de las ventanas como desde el mismo espacio.