El salón exterior, con un sofá en forma de “L”, se convierte en el corazón de la terraza. De líneas limpias y estructura robusta, este sofá está tapizado en tonos neutros y cálidos que aportan serenidad. La vegetación que lo rodea, vibrante y colorida, crea un contraste armónico. La combinación de textiles neutros con cojines en tonos tierra y melocotón aporta profundidad visual y una calidez natural. Por su parte, la mesa de centro circular, con base metálica, añade un toque de modernidad funcional.
Una lámpara decorativa de gran formato en ratán sintético refuerza la calidez del conjunto y aporta textura orgánica, dialogando con las plantas y suavizando la presencia del metal.
La zona de comedor se completa con una cocina exterior totalmente equipada: amplia encimera, pequeño almacenamientoy fregadero integrado. Este espacio permite preparar y servir alimentos al aire libre, ideal tanto para comidas informales como para encuentros más especiales. La mesa y las sillas, de líneas limpias y materiales resistentes, mantienen una estética sobria en tonos neutros.
La pérgola bioclimática de lamas orientables que cubre prácticamente toda la terraza permite adaptar el espacio a diferentes condiciones climáticas, prolongando su uso durante todo el año. La armonía entre los tonos del mobiliario, la tarima, la vegetación y la estructura metálica genera una estética uniforme y sofisticada.
En cualquier proyecto de terraza urbana, la vegetación es clave. Aquí, el cerramiento perimetral se ha trabajado con un seto denso y colorido, compuesto por especies mediterráneas resistentes. Estas plantas proporcionan privacidad sin desconectarse del entorno. La paleta cromática, que va del verde vibrante al rojo anaranjado, añade dinamismo y enmarca el mobiliario con un telón de fondo natural y acogedor.
Esta terraza no está pensada solo para el verano. Gracias a la protección de la pérgola y la posibilidad de añadir estufas, se convierte en un espacio versátil y funcional durante todo el año.