Los propietarios se acababan de mudar a esta terraza situada en la calle Ganduxer de Barcelona y no querían desaprovechar las vistas panorámicas de 270º que les ofrecía su terraza.
Esta fue su premisa cuando llegaron a Teodora, y nosotros tuvimos claro en la primera visita a la terraza que para ese fin había que mantener despejados los ejes visuales Tibidabo-Mar-Torre de Collserola y que desde un extremo se pudiera disfrutar de la amplitud del espacio hasta el punto opuesto.
En el punto central del eje se diseñó un refugio acristalado bajo una pérgola de listones de madera tropical recubiertos de vidrio bajo emisivo que funciona como una barrera térmica y como escudo ante la radiación UVA. En el plano vertical de la pérgola, como amparo ante las inclemencias climáticas, se dispuso un cerramiento de cortinas de cristal, combinado con unas pantallas motorizadas de screen color lino. Esta práctica composición de capas ofrece multitud de opciones de protección frente al viento, sol y lluvia.
El pavimento de la mayoría del espacio es de listones flotantes de madera tecnológica color roble americano, salvo en la zona de la cocina y del solarium donde se ha instalado una baldosa porcelánica para exterior de 50×50 con efecto cemento pulido.
A un lado de la pérgola se ha planteado un armario de gran capacidad con dos puertas correderas de madera de textura alistonada del mismo material y color que el pavimento. El ingenioso mecanismo de los rieles proporciona un desplazamiento de las puertas de casi dos metros sin apenas esfuerzo.
Frente al armario se encuentra la piscina con las dimensiones perfectas para bajar unos grados la temperatura corporal mientras se disfruta con la familia o amigos de las vistas al mar y al Tibidabo.
La piscina colinda con el solarium y la ducha, por un lado, y por el chill-out en forma de L por el otro. De esta forma podemos bañarnos, ducharnos, tomar el sol o relajarnos cuando el calor aplaca nuestra vitalidad.
Todo el perímetro desde al chill-out hasta la cocina lo dibuja una jardinera con vegetación arbustiva variada de tamaño, formas y colores. Este muro botánico aporta intimidad frente a los vecinos e invita a su contemplación desde el interior de la pérgola, aportando frescor y un paisaje cambiante al ritmo del paso de las estaciones.
Justo al otro extremo del eje longitudinal, y al lado de la pérgola para facilitar al máximo la habitabilidad de la terraza, se encuentra una zona de comedor con una gran mesa metálica y sillas de cuerda, todo de color negro, protegida del sol por un toldo enrollable modelo Veranda de screen color lino y motor con mando a distancia. El toldo se apoya en una pared que, por su parte reversa, esconde una cocina completa con fregadero, lavavajillas, barbacoa y una amplia superficie de trabajo de granito negro cubierta por un tejadillo de listones de madera tropical impermeabilizado con un panel de policarbonato transparente.
Paralelamente a la cocina, y protegiéndola de cualquier mirada ajena, hay una pared vegetal con multitud de plantas aromáticas custodiadas por una jardinera de madera tecnológica de roble y efecto alistonado sobre la cual también reposa un cerco de juncos por cuyas rendijas se perfilan las buganvillas de color fucsia. Todo un disfrute de texturas, colores y fragancias con el que se nos premia al acceder a la Terraza Ganduxer.