El proyecto del Jardín Sitges II transformó un descampado de tierra en un amplio y vibrante espacio verde, donde la naturaleza y el diseño se integran para crear un entorno funcional y agradable.
Se instalaron extensas áreas de césped, que sirven como base para una selección diversa de plantas y árboles. Entre las especies elegidas se encuentran enredaderas que añaden textura y cubren muros, eugenias que forman setos densos para proporcionar privacidad, y cipreses que, junto con tilos y jacarandas, ofrecen sombra y una estructura vertical al jardín. Estos árboles no solo cumplen un rol decorativo, sino que también aportan frescura y un toque de color estacional, especialmente las jacarandas con su característico florecimiento violeta.
En el diseño se incluyeron dos pérgolas que cumplen funciones clave en el uso del espacio. La primera pérgola se colocó en la zona de parking, proporcionando sombra y protegiendo los vehículos del sol. La segunda pérgola se ubica en las áreas de comedor y estar, creando un espacio acogedor para disfrutar de comidas al aire libre y momentos de relajación. Estas estructuras no solo son prácticas, sino que también contribuyen a la armonía estética del Jardín Sitges II, integrándose perfectamente con la vegetación circundante.
Otra característica importante es la construcción de un lavabo y una cocina exterior. Estos se integraron en una edificación de lamas de madera, que además de ser funcional, aporta un elemento visual que se fusiona con el entorno natural. La elección de materiales como la madera refuerza la conexión con el paisaje y mantiene la coherencia en el diseño.
El acceso al jardín se mejoró significativamente con el adoquinado de toda la entrada. Este pavimento facilita el tránsito y suaviza el aspecto del suelo, reforzando la presencia de verde en todo el espacio.
Finalmente, se seleccionó mobiliario cómodo y funcional para equipar las distintas zonas del jardín. Este mobiliario está pensado para complementar el entorno y permitir que los propietarios disfruten plenamente de este espacio verde, ya sea para relajarse, recibir invitados o simplemente pasar tiempo al aire libre.
En conjunto, el Jardín Sitges II es un ejemplo de cómo un espacio antes desaprovechado puede convertirse en un lugar de disfrute y conexión con la naturaleza.